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Decálogo para actuar en situaciones de crisis (by Quentin Tarantino)

No cabe duda de que si algo distingue a Quentin Tarantino son sus magníficos guiones. En ellos encontramos historias impactantes, personajes carismáticos y diálogos brillantes. Pero más allá del mero entretenimiento, las historias y los personajes de Tarantino nos dan auténticas lecciones para la vida diaria.

sr. Lobo

Un ejemplo claro lo encontramos en el personaje del Sr. Lobo, de la película Pulp Fiction, que en apenas 10 minutos nos proporciona, al estilo Tarantino, una lección magistral de cómo actuar en situaciones de crisis.

A través de los fantásticos diálogos de la secuencia en la que aparece el Sr. Lobo, os dejo con este decálogo de cómo actuar en situaciones de crisis.

Para quienes no hayan visto Pulp Fiction,  resumo la situación: en mitad de la calle y dentro de su coche, dos matones, Vincent  (John Travolta) y Jules (Samuel L. Jackson) le vuelan por accidente la cabeza a un pobre desgraciado. El pánico se apodera de ellos y sin saber que hacer se refugian en casa de un amigo, Jimmy (interpretado por el propio Quentin Tarantino), que vive cerca, quien por otro lado tampoco ayuda mucho a resolver la situación. Finalmente el jefe de Vincent y Jules, en vista de lo crítico y urgente de la situación, les envía al Sr. Lobo (Harvey Keitel)  para resolver el problema. En este punto comienza el video.

 

1. Autoconfianza:
– Soy el señor Lobo, soluciono problemas.

2. Recogida de información, contraste  y análisis conjunto de la situación:
– Usted es Jimmy ¿verdad? ¿es esta su casa?
– (Jimmy) Exacto.
– Soy el señor Lobo, soluciono problemas.
– (Jimmy) Bien, tenemos uno.
– Es lo que he oído, ¿puedo pasar?
– (Jimmy) Sí, por favor.
– Usted debe ser Jules, lo que significa que usted es Vincent. Vayamos directos al grano, caballeros, si mi información es correcta vamos contra reloj, ¿verdad Jimmy?
– (Jimmy) ¡Aha!, Al 100 por 100.
– Su esposa, Bonnie, vuelve a las 9:30 a casa ¿es eso correcto?
– (Jimmy) ¡Aha!
– Según me han dicho si ella vuelve a casa y nos encuentra aquí no le va a gustar demasiado.
– (Jimmy) Se lo puedo asegurar.
– Bien, eso nos deja 40 minutos para largarnos de una puta vez. Si hacen ustedes lo que yo diga y cuando lo diga debe bastar. Al grano.

3. Gestión de riesgos:
– Sobre el coche necesito saber si se calienta, echa humo o bien es ruidoso, ¿tiene gasolina, le ocurre algo?
– Porque no quiero salir a la carretera y descubrir que los pilotos no funcionan.

4. Ejercer la autoridad y aplicar medidas aunque sean impopulares:
– No tengo que decir por favor, solo lo que tiene que hacer. He venido a ayudar, si mi ayuda no es apreciada que tengan suerte caballeros.
– Mi brusquedad se debe a que tenemos poco tiempo. Yo pienso deprisa, hablo deprisa, y necesito que actúen deprisa si quieren salir de esta.

5. Refuerzo positivo al equipo:
– Buen trabajo caballeros, tal vez salgamos de ésta.

6. Gestión de las expectativas:
– (Jimmy) No puedo creer que sea el mismo coche.
– Bueno, pero no empecemos a chuparnos las pollas todavía.

7. Seguimiento de la planificación:
– Primera fase lista, el coche ya está, ahora vamos a pasar a la segunda fase, limpiarles a ustedes.

8. Control de plazos:
– Aligeren señores, tenemos 15 minutos antes de que se presente aquí la esposa de Jimmy.

9. Liderar y dar la cara:
– Bien, yo conduciré el coche crítico. Jules vendrá conmigo. Vincent nos seguirá en mi Acura. Bueno, si por casualidad un poli se cruza con nosotros nadie deberá hacer nada hasta que yo haga algo.
– Yo conduzco a toda ostia, así que no nos pierda.

Cuando estalla la crisis, el pánico se desata. Y las personas que parecen profesionales curtidos se diluyen o se vienen completamente abajo. Lo primero que pierden es la calma, y a continuación el sentido común. Aparentemente el Sr. Lobo no hace nada fuera de lo normal, aplica soluciones lógicas y evidentes. Eso sí, es el único que mantiene la cabeza fría en la situación de crisis.

Pues en la mundo real, en las organizaciones y en nuestra propia vida, hay que mantener la calma y aplicar el sentido común. Y si en algún caso es necesario recurrir a un profesional externo, llámese Sr. Lobo, el especialista, la consultora X, un servicio de orientación, etc… pues se recurre a ellos.

En cualquier caso, y aparte de la mantener la calma y saber aplicar el sentido común en situaciones de crisis, hay un hecho que distingue al Sr Lobo y lo convierte en un profesional extraordinario, y es el que cierra el decálogo:

10. Un profesional ordinario hace lo posible, uno extraordinario hace lo necesario:
– Estoy a 30 minutos de allí, llegaré dentro de 10.


Categorías: Estrategia
  1. 9 diciembre, 2010 a las 2:38 am

    genial

    • 9 diciembre, 2010 a las 11:27 pm

      Gracias Migue. Me alegro que te haya gustado el post. Espero seguir leyéndote por aquí y que mis post sean de tu agrado.

  2. 9 diciembre, 2010 a las 8:24 am

    Espectacular post!

    • 9 diciembre, 2010 a las 11:31 pm

      Lavueltica, gracias por tu comentario, me alegro mucho de que el post te haya gustado. Espero que no sea el último, y espero poder seguir contando con tus comentarios.

  3. 9 diciembre, 2010 a las 11:43 am

    muy bueno! jejeje 😉

    • 9 diciembre, 2010 a las 11:41 pm

      Gracias por tu comentario Marià. Me siento muy feliz de que el post haya sido de tu agrado.

  4. Ireina
    9 diciembre, 2010 a las 11:58 pm

    He visto la película aunque he de confesar que no la recuerdo bien. Afortunadamente tampoco he vivido situaciones de crisis y menos de esa índole pero sí de días apresurados, de demandas concretas y de urgencias… que se resuelven siempre porque hay cerca un Sr. Lobo, alguien que mantiene la calma pero que actúa, que sin ordenar ofrece un ejemplo o modelo eficaz, centrado en la tarea, que busca apoyos y agradece que le acompañes, sin atender a las objecciones de quienes pretender solucionar problemas… un excelente compañero de trabajo.. Menos mal que están los Sres Lobos… seguro que hay más de uno agazapado por ahí.
    Excelente post. Un saludo.

    • 10 diciembre, 2010 a las 12:33 am

      Gracias Inma (porque eres Inma ¿verdad? 😉 ). Efectivamente, la situación de la película es extrema, pero en el día a día creo que todos tenemos un Sr. Lobo en potencia dentro de nosostros. Por supuesto que las competencias profesionales son fundamentales y que la experiencia es un grado, pero unas se aprenden y lo otro es cuentión de tiempo, pero pienso que en muchas ocasiones es cuestión de motivación y de actitud que ese «lobezno» que llevamos dentro salga fuera. De este modo seríamos capaces de dar ese EXTRA que nos haría ser EXTRAordinarios. Un profesional motivado y con actitud positiva es dificil que se quede bloqueado, que se venga a bajo o que no aporte de forma significativa en la solución. La clave está en ¿qué es lo que nos motiva?.

  5. Ireina
    10 diciembre, 2010 a las 5:47 pm

    esa misma 😉 Mientras descubro que me motiva, voy afilando las uñas y tal vez encuentre ese motivo en el camino.
    Tal vez por crear debate.. pero hay situaciones en las que una retirada a tiempo es la opción más ventajosa, no?

    • 12 diciembre, 2010 a las 11:41 pm

      Por supuesto, por regla general toda Estratégia debería contemplar un plan de retirada, a no ser que la situación sea tan extremedamente clara y favorable que no se prevea posiblidad alguna de llegar a una situación que requiriera de ello. Todo esto se debería valorar y planificar previamene mediante una correcta Gestión de Riesgos.
      Como ya se mencionada en «El Arte de la Guerra», de Sun Tzu, problamente el mejor escrito de estratégia de todos los tiempos:
      «Si tu estrategia no contiene una plan de retirada o posterior al ataque, sino que confías exclusivamente en la fuerza de tus soldados, y tomas a la ligera a tus adversarios sin valorar su condición, con toda seguridad caerás prisionero.»
      En cualquier caso, la retirada no puede ser «a lo loco», si no que debe ser parte de nuetra Estrategía, teniendo claro lo que supone dicha retirada e intentando sacar provecho de ello.
      Lo que si dintinguiría claramente es la retirada, como parte de nuestra estrategia para alcanzar un objetivo, de tirar la toalla sin más y descartar nuestro objetivo.

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